
El Banco de España alerta de que el PIB caerá en 2020 un 9% en el mejor de los escenarios posibles
Covid-19 y economía: Preocupantes las previsiones macroeconómicas presentadas hoy, 8 de junio, por el Banco de España. En el mejor de los escenarios posibles, el PIB caerá este año un 9% y el paro se situará en el 18,1% de la población activa.
3 posibles escenarios
El Banco de España ha elaborado sus previsiones conforme a 3 escenarios posibles.
- Recuperación temprana
- Recuperación gradual
- Escenario de riesgo
En el primero (recuperación temprana) se asume que la mejoría de la actividad observada desde el tramo final del segundo trimestre prosigue con posterioridad sin que se registren nuevos obstáculos (de naturaleza sanitaria, económica o financiera) de envergadura relevante.
Bajo el escenario de recuperación gradual, se asume una incidencia sobre la actividad algo mayor de las medidas adoptadas para contener la pandemia en el segundo trimestre.
Además, no se descartan ni la posible aparición de nuevos brotes de la epidemia (que, aunque de menor virulencia que el episodio original, pudieran llevar a la reintroducción de ciertas medidas de contención) ni el surgimiento de daños más persistentes en el tejido productivo.
En ambos escenarios, la incertidumbre acerca del desarrollo de la enfermedad, que se mantendrá previsiblemente hasta entrado el próximo año, actuará como freno del gasto de hogares y empresas.
Previsiones
Bajo estas consideraciones, en el escenario de recuperación temprana el PIB español caería un 9% este año, y repuntaría un 7,7% y un 2,4%, respectivamente, en 2021 y 2022.
Bajo el escenario de recuperación gradual, la reactivación económica sería más lenta, de modo que el producto retrocedería en 2020 un 11,6%, y pasaría a crecer un 9,1% y un 2,1% en cada uno de los dos años siguientes.
Al final del período de proyección, el nivel del PIB se situaría unos 0,5 pp por encima de sus registros previos a la crisis en el escenario de recuperación temprana, mientras que sería todavía inferior, en 1,6 pp, en el de recuperación gradual.
Por su parte, la tasa de paro presentaría un aumento muy significativo este año (hasta el 18,1% de la población activa, en el escenario de recuperación temprana, y el 19,6%, en el de recuperación gradual), y posteriormente mostraría un cierto descenso.
Todos los componentes de la demanda, con la excepción del consumo y la inversión públicos, presentarían contracciones sustanciales en 2020, y repuntarían con fuerza con posterioridad.
Por su parte, el déficit de las AAPP se elevaría hasta el 9,5% en este año en el escenario de recuperación temprana y el 11,2% en el de recuperación gradual, y, aunque presentará una cierta corrección en el bienio posterior, se mantendría en niveles elevados.
De este modo, el endeudamiento público aumentaría aproximadamente entre 20 y 25pp de PIB en 2020, hasta situarse cerca del 115% y 120%, respectivamente, en cada uno de estos dos escenarios, y permanecería en cotas muy elevadas en los dos años siguientes.
Escenario de riesgo
La situación de enorme incertidumbre actual no permite descartar escenarios de riesgo más desfavorables, que podrían registrarse en un contexto de una evolución epidemiológica más adversa de lo esperado, que, a su vez, conllevaría efectos contractivos más persistentes sobre la actividad económica.
Para ilustrar la posible incidencia de estos riesgos se ha construido un escenario «de recuperación muy lenta», que implícitamente incluye la posibilidad de episodios con repuntes sustanciales en el número de nuevas infecciones, que requerirían confinamientos estrictos adicionales, y la presencia de canales financieros, que amplifican la perturbación real y provocan que sus efectos tengan un grado de persistencia notablemente mayor.
En este escenario de riesgo, el retroceso del PIB en 2020 alcanzaría el -15,1%.
Por su parte, los riesgos sobre la senda de inflación se encontrarían también orientados predominantemente a la baja, y resultarían, fundamentalmente, de la mayor debilidad que la demanda podría presentar en este escenario de desarrollos epidemiológicos más adversos y de un potencial desanclaje de las expectativas de inflación.