
El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebaja las previsiones de crecimiento de la economía española para 2018 y 2019
El Fondo Monetario Internacional acaba de publicar el último informe de «Perspectivas de la economía mundial» (informe WEO), que proyecta un crecimiento mundial para 2018–19 que seguirá siendo sostenido y a la misma tasa del 3,7% del año pasado. En el caso concreto de España, el FMI rebaja las previsiones de crecimiento de la economía española (como se puede ver en la tabla de la imagen): del 3% en 2017 a 2,7% en 2018 y 2,2% en 2019.
Perspectivas a nivel mundial
A nivel mundial, el informe destaca que el crecimiento supera al alcanzado en cualquiera de los años entre 2012 y 2016, en un momento en el que muchas economías han llegado o se están acercando al pleno empleo y en el que los anteriores temores de deflación se han disipado. Así pues, las autoridades económicas cuentan todavía con una oportunidad excelente para afianzar la resiliencia e implementar reformas que fortalezcan el crecimiento.
El pasado mes de abril, el ímpetu generalizado de la economía mundial nos llevó a proyectar una tasa de crecimiento del 3,9%, tanto para este como para el próximo año. Sin embargo, considerando los acontecimientos ocurridos desde entonces, esa cifra parece excesivamente optimista: en lugar de aumentar, el crecimiento se ha estancado en el 3,7%, destaca el informe.
Y se avecinan tormentas. El crecimiento es menos equilibrado de lo que se esperaba. No solo se han cumplido algunos de los riesgos a la baja identificados en los últimos informes WEO, sino que también ha aumentado la probabilidad de nuevos shocks negativos en nuestro pronóstico de crecimiento. Más aún, en varias de las principales economías, el crecimiento se apoya en políticas que parecen insostenibles en el largo plazo. Estas inquietudes hacen más urgente la necesidad de que las autoridades actúen.
El crecimiento en Estados Unidos, animado por el paquete de medidas fiscales procíclicas, continúa a buen ritmo y está aumentando las tasas de interés estadounidenses. Pero este crecimiento disminuirá una vez que se retiren algunos elementos del estímulo fiscal. Pese al actual ímpetu de la demanda, hemos rebajado nuestro pronóstico de crecimiento para Estados Unidos, debido a los aranceles recientemente aprobados sobre un gran número de importaciones procedentes de China y las represalias de este país. También se revisa a la baja el crecimiento esperado de China en 2019. Es probable que las políticas internas de este país eviten una caída del crecimiento mayor de la que proyectamos, pero a costa de prolongar los desequilibrios financieros internos.
En general, en comparación con hace seis meses, el pronóstico de crecimiento para 2018–19 en las economías avanzadas, que incluye las revisiones a la baja para la zona del euro, el Reino Unido y Corea, es 0,1 puntos porcentuales menor. Las revisiones negativas para las economías de mercados emergentes y en desarrollo son más importantes, de 0,2 y 0,4 puntos porcentuales respectivamente, para este y el próximo año.
Estas revisiones también varían según el ámbito geográfico, e incluyen importantes economías de América Latina (Argentina, Brasil y México), economías emergentes de Europa (Turquía), Asia meridional (India), Asia oriental (Indonesia y Malasia), Oriente Medio (Irán) y África (Sudáfrica), mientras que Nigeria, Kazajstán, Rusia y Arabia Saudita se encuentran entre los exportadores de petróleo que se beneficiarán del aumento de los precios de esta materia prima. Sin embargo, en términos generales, observamos señales de una menor inversión y una disminución de las manufacturas, lo que se añade a un crecimiento más débil del comercio.
Riesgos en aumento
Con unas tasas de inflación subyacente estables en su mayor parte, las economías avanzadas siguen disfrutando de unas condiciones financieras distendidas. En las economías emergentes y en desarrollo sucede lo contrario: las condiciones financieras se han endurecido considerablemente en los últimos seis meses, tal y como se explica en el Informe sobre la estabilidad financiera mundial (Global Financial Stability Report, o GFSR).
También destaca el predominio reciente de medidas de endurecimiento de la política de todos los bancos centrales representados en el G-20. En las economías de mercados emergentes y en desarrollo, el endurecimiento gradual de la política monetaria estadounidense, sumado a las incertidumbres comerciales y, en el caso de Argentina, Brasil, Sudáfrica y Turquía, a factores específicos, ha desalentado la afluencia de capital, ha debilitado las monedas, ha desanimado los mercados de renta variable y ha presionado las tasas de interés y los diferenciales. Los altos niveles de deuda soberana y de las empresas, acumulados durante los años de condiciones financieras mundiales distendidas, como se documenta en el último Monitor Fiscal, constituyen un posible punto débil, destacan los autores del informe.
Retos a largo plazo
Dada la incertidumbre actual, resulta sencillo perder de vista las fuerzas y los retos a más largo plazo que nos han conducido a la actual encrucijada económica y política y que modelarán el futuro a largo plazo. Quizás, el mayor reto secular para muchas economías avanzadas se centre en el lento crecimiento de los ingresos de los trabajadores, la percepción de una menor movilidad social y, en algunos países, unas respuestas políticas inadecuadas al cambio económico estructural. Las economías de mercados emergentes y en desarrollo son diversas y se enfrentan a una variedad de retos a más largo plazo, que abarcan desde la mejora de las condiciones para la inversión hasta la reducción de la dualidad en el mercado laboral y la actualización de los sistemas educativos. Los peligros del cambio climático acechan desde un segundo plano, pero se están intensificando.
Con independencia del nivel de ingresos, el informe destaca que todos los países deben preparar a sus fuerzas laborales para los cambios que generarán las nuevas tecnologías en la naturaleza del trabajo. Garantizar que el crecimiento sea inclusivo es más importante que nunca. A menos que el crecimiento sea más inclusivo que hasta ahora, las estrategias centristas y multilaterales de la política y de las políticas públicas serán cada vez más vulnerables, en detrimento de todos.
Pinche aquí para acceder al último informe publicado por el FMI.